Tenemos que hablar sobre tu evaluación de desempeño…

La historia laboral de dos realidades y una persona

Héctor Sosa
4 min readFeb 14, 2019
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Imaginemos lo siguiente: Regresas del almuerzo, te sientes lento y un poco pesado, pues has devorado lo que pudiste de tu comida en tan sólo diez minutos. Aún traes en la mano el café de la mañana, ya más frío que el preciso momento en que te das cuenta que llevas 40 horas laboradas en la semana y apenas es jueves al mediodía.

Tenemos que hablar sobre tu evaluación de desempeño’, dice tu jefe. Te cita fecha y hora para reunirte en su oficina. Llegas con una mentalidad abierta y lista para lo mejor. El entusiasmo y la expectativa que traes de escuchar los frutos de tu trabajo únicamente se ve superada por tu prematura e ingenua motivación en mejorar para el siguiente ciclo de evaluación; y ¿qué sucede? Te das cuenta que ambos tienen una realidad muy distinta (y posiblemente hasta contradictoria) de tu desempeño.

“Cada quien tiene que tomar responsabilidad por sus relaciones, donde debemos reconocer que otros ‘individuos’ también son personas y que su instinto primordial estará en comportarse como tal.”

Por bien o mal, estas personas pueden tomar la forma de un jefe, de un colaborador, de un colega o incluso de un equipo entero. Anticipar estas posibles y divergentes realidades, te ayudará a comprender mejor tu entorno humano; e independientemente del lugar y tiempo, debes tomar en cuenta estas realidades porque, de lo contrario, cuando te sucedan a ti no sabrás como lidiar con ellas.

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Ya seas un empleado excepcional o uno promedio, la temporada de evaluaciones nunca debe de ser un tiempo de guerra y conflicto; y aunque suene terriblemente optimista, esta debe ser una temporada de oportunidades. Ya sea que tu jefe te brinde (o no) críticas constructivas, siempre tendrás al final conclusiones de alto valor que te ayudarán en el futuro.

“Este proceso orgánico, como la lluvia, debe ser lo suficientemente gentil para alimentar el crecimiento del ser humano, sin destruir sus raíces.”

Luego de discutir y discutir por horas, esta claro que no están llegando a las mismas conclusiones de tu trabajo. Si tuviste una pésima experiencia o tu próximo evaluación esta a la vuelta de la esquina, ve un paso adelante y haz de esta, una mejor, considerando lo siguiente:

  1. Enfócate en los resultados — la clave para superar cualquier situación conflictiva esta en tener una mentalidad enfocada en los resultados. Hay una línea bien fina entre la crítica constructiva y el veneno verbal, piensa bien antes de reaccionar sí: ¿lo discutido realmente es representativo a la realidad de tu desempeño? ¿las oportunidades de mejora destacadas contribuirán en tu desarrollo profesional?
  2. Sé estratégico — no importa la causa del desacuerdo, no te será de mucha ayuda pelear por una solución sin tener la información relevante a la mano. A veces es mejor respirar profundo, formular una estrategia y abordar la situación hasta estar preparado. ¿Qué prefieres, tener la razón o ser efectivo en llegar a un acuerdo basado en los hechos? Una reacción anticipada puede arruinar tu oportunidad de mitigar, resolver o llegar a un acuerdo en tu conflicto.
  3. Evalúa las alternativas — una vez tengas toda la información a la mano, antes de actuar pregúntate: ¿qué sucede si cedo (o no) en ‘x’ o ‘y’ situación? A veces es mejor perder algunas batallas a perder la guerra; sin embargo, piensa en las consecuencias de no tomar acción.
  4. Piensa en el bien colectivo — ¿por qué tenemos que ser tan egoístas en todo momento? Piensa en los demás, ¿realmente te enfocaste en brindar valor a tu equipo y a tu organización o te dedicaste todo el tiempo a trabajar sin propósito y aislado de los demás? Estas preguntas pueden llevarte a comprender otras perspectivas e incluso ayudarte en tus objetivos individuales.

Ante situaciones delicadas, muchas veces tendemos a pensar demasiado en las consecuencias de tomar una determina acción. Por lo que pocas veces reflexionamos en las consecuencias de no tomar acción en lo absoluto. Entonces, debemos hacernos la pregunta, si decidimos no actuar ¿cuál sería la consecuencia de nuestro silencio?

No todas las evaluaciones de desempeño tienen que ser conflictivas, pero al tener estos cuatro puntos en mente, sabrás que por mínima que sea la diferencia de realidades entre ambas partes, siempre tendrás una manera de llegar a una solución.

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Una buena evaluación siempre agregará a tu crecimiento profesional. Más que la retroalimentación, es la manera en que lograrás comunicarte que jugará un papel bien importante en la respuesta e impacto en tu organización; y una mala evaluación, sólo puede alcanzar resultados si se gesta en un ambiente sincero y de respeto para los involucrados.

Si aún no tienes el resultado que esperabas, recuerda siempre seguir adelante, ¿por qué? porque ‘avanzar’ es:

Aprender a caminar por la

Vida, sabiendo que

Aunque cometamos errores

Nunca es tarde para cambiarnos los

Zapatos y volver a comenzar de cero e intentarlo.

A veces será difícil, pero lo importante es nunca

Rendirse.

Este artículo se realizó en reflexión de las siguientes publicaciones:

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