Te presento al tonto del equipo…

Formando el impacto de un verdadero líder integral

Héctor Sosa
5 min readFeb 20, 2019
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El llamado de un líder

Después de muchos años de esfuerzo, dedicación y perseverancia, hoy comienzas un nuevo camino. Es tu primer día; y mientras revisas los documentos de inducción organizacional en tu oficina (que aunque la merezcas, te parece mucho más de lo necesario), sientes la discreta mirada del resto de tu equipo preguntándose qué tipo de liderazgo traerás a bordo.

“El liderazgo es un grito para todos los que deseen hacer la diferencia y dejar un impacto más allá de su presencia.”

Tal vez no, quizá esta no es tu historia *sintonizando otro canal*…

Es nuevamente lunes, otra semana más sin novedades. El reloj marca quince para las doce. Hace dos horas que esperas el tan codiciado tiempo de almuerzo. Mientras el microondas calienta aquellas sobras que tan cuidadosamente empacaste de la barbacoa del fin de semana, notas al resto de tus compañeros esperando turno, uno por uno, con sus miradas fijas al vacío, luchando con (quién sabe cuáles sean) sus propios problemas. Casi en agonía, te preguntas: ¿Cuánto tiempo más?

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Sin importar cual sea tu historia. En algún punto, llegarás a entender que el liderazgo no es un manto exclusivo para aquellos que las organizaciones decidan conceder. El liderazgo es un grito para todo los que deseen hacer la diferencia y dejar un impacto más allá de su presencia. Un grito que llega cuando menos lo esperas.

“Liderar es una decisión que tomas más que el producto del lugar que crees que te pertenece. Dicho de otra manera, el liderazgo viene de la influencia que generas y no de tu posición (control). Por lo tanto, aún cuando no estés arriba, podrás liderar a todos los que te rodean.” — John Maxwell

¡La receta del éxito?

Un consejo (cuasi-cliché) que siempre obsequian a los líderes emergentes es: “Rodéate de aquellos que te inspiren grandeza, que te motiven a mejorar.” Rodéate de aquellos que pongan tu carrera en la vía rápida al éxito; que entre más ideas, energía y conexión tengas con gente brillante, serás igual o incluso más brillante que ellos y lleno de éxito.

“…el mundo está lleno de aquellos que quieren brillar”

Todos quieren sentirse brillantes, especialmente cuando comienzan a impresionar a los demás. Esta relación de grandeza, se comienza a cosechar desde temprana edad. Desde tu abuela que te dijo: “dime con quién andas y te diré quién eres” hasta tu jefe, quién te felicitó ante la unidad entera por la impresionante creatividad e innovación que demostraste en un proyecto de impacto organizacional.

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¿Y entonces, cuál es el problema? te preguntas… El problema es que no hay tal cosa como un vía rápida al éxito (lamentablemente, otro cliché). El mundo no es tu panadería para sacar la receta de la abuela. Nada es milimétrico ni científico. El problema es que no nos enseñaron a ser líderes (o incluso humanos) porque siempre se preocuparon tanto por enseñarnos a ser serviles.

Aquellos líderes verdaderamente sabios y capaces, colmados de estrategia, son tan invisibles como la noche. Ellos actúan sin acción, alcanzan sin moción; hacen lo pequeño grandioso y lo poco vasto; penetran lo fuerte en lo débil y lo enorme en lo chico. Nunca actúan en grande, pero siempre trascienden en ser grandes. No tienen fama por sabios, ni mérito por valientes, porque saben que el mundo está lleno de aquellos que quieren brillar, mientras ellos prefieren permanecer en las sombras eternas de la oscuridad…

¡Hola! Me gustaría presentarte al tonto del equipo…

Con la incesante presión de siempre destacar, de brillar, de constantemente ser el mejor. Alguna vez te has puesto a pensar: ¿Quién quisiera ser el peor de su equipo? ¿Quién quisiera ser el tonto? Aunque digan que no existen preguntas tontas, sólo tontos haciendo preguntas(…) ¿has aspirado en algún momento en hacer preguntas torpes?

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Para ser un gran líder, tienes que aprender el arte de exitosamente desarrollar a tu equipo (coaching). El valor de un líder está en su habilidad de entrenar a sus colaboradores, de crecer su negocio (o desarrollar su organización) y anticipar su futuro. Los líderes se deben enfocar en capacitar, planificar, reclutar a la gente correcta, gerenciar el talento humano, desarrollar cultura, y crear una clara visión del éxito.

Sin embargo, generalmente, los líderes usualmente se enfocan en darle a sus equipos las respuestas en vez de ayudarlos en aclarar el problema y trazarles un camino hacia resolver los mismos.

“…los equipos más efectivos son aquellos que se concentran en las habilidades más fundamentales.”

Entonces, ¿qué significa ser el tonto de tu equipo? Irónicamente, ser el “tonto” de tu equipo significa adueñarte con destreza de la habilidad de crear conversaciones integrales y llevarlas a su más alto nivel. Significa involucrar a cada miembro del equipo haciendo las preguntas más ridículas posibles, por ejemplo:
1. ¿Ayúdame a entender cómo se relaciona esto a nuestros objetivos?
2. ¿Por qué crees que esto es algo de suma prioridad?
3. ¿Qué crees que es lo más importante de este proyecto para la organización?

Preguntas “tontas” los ayudará a validar que comprenden tu visión general y los orientará a enfocarse en lo que realmente le interesa a tu organización.

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Una nueva manera de pensar…

Los líderes que operan bajo esta mecánica deben enfocarse en generar un ambiente ideal para el desarrollo de su equipo 1) escuchando más de lo que hablan, 2) descentralizando la dependencia de sus operaciones, 3) brindándole a su equipo la guía que desearían tener, y 4) dejando que otros sean los más brillantes de la organización.

Aunque parezca sencillo, con el tiempo verás que los equipos más efectivos son aquellos que se concentran en las habilidades más fundamentales. Ya que serán estas habilidades las que ayudarán a tu equipo a duplicar ganancias, mejorar su balance vida-trabajo, y a largo plazo, crear felicidad en tu organización.

“Aunque parezca difícil, elevar tu impacto requiere que verdaderamente creas en la inevitable paradoja de liderazgo: sé más esencial y menos involucrado.” — Jesse Sostrin

Originalmente publicado en https://medium.com/@hectormauriciososa

Material de referencia para este artículo:
The Dumbest Guy in the Room by Bill Fischer
Leaders: be the dumbest in the room by Matt Nigh
Tao Te Ching by Lao Tzu
Leading from the Middle of the Pack by John Maxwell
The Manager’s Dilemma, Beyond the Job Description by Jesse Sostrin

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